*Sin llamarlo por su nombre de pila, con frialdad, como solía hacerlo con Xóchitl Gálvez, así se refirió la Presidenta al voto 86 de la 4T en el Senado.
Por Jesus Pérez Gaona
El voto 86 en el Senado de la República dio en el corazón de la reacción: no vino como se vaticinaba del grupo priista de Alito Moreno Cárdenas, sino del panismo veracruzano del clan de los Yunes, como tuvo que reconocerlo Marko Cortés con el ceño desencajado.
Desde ese 11 de septiembre, día en que nació la mayoría constitucional de la 4T en la nueva legislatura, las especulaciones no se hicieron esperar. Analistas, opinólogos y especialistas de la oposición vieron convertido en morenista a Miguel Ángel Yunes Márquez, quien no obstante insiste en llamarse panista.
El proceso de expulsión de las filas del PAN ciertamente tomará su tiempo, debido a que la gran infracción de votar libremente no sería -de inicio- razón suficiente para correr del partido albiazul a uno de los suyos. Yunes Márquez lo justificó así: “Nunca había visto un intento de imposición y sojuzgamiento tan burdo, tan sin sentido en nuestros días”.
En correspondencia, como el empalme natural de un padre y un hijo, Yunes Linares reveló que cuando votaron las reformas que propuso la Presidencia del PRI -incluso pese a que dividió al panismo- nadie los llamó traidores. “Analizamos varias reformas. Artículos relevantes donde el PAN apoyó las iniciativas del PRI. Así ha sido y así debe ser, no hay razón para convertirse en un bloque de obstaculización del Gobierno”, insistió.
Días antes Ricardo Raphael había revelado que los Yunes eran el eslabón débil del nuevo bloque de contención. Pero es la fecha en que no se formaliza el ingreso de los veracruzanos a las filas de la 4T, aun cuando Miguel Ángel hijo ya fue designado secretario de la Comisión de Justicia del Senado, según lo propuso Adán Augusto López. Tal y como lo hizo con los experredistas que se unieron a su movimiento, otorgando la presidencia de sus respectivas comisiones: a la michoacana Araceli Saucedo la presidencia de Asuntos Frontera Sur y al tabasqueño José Sabino Herrera la presidencia de Ganadería.
Es extraño, aunque si se escucha con atención a la presidenta Claudia Sheinbaum quizá se entienda por qué esto tarda tanto. “Se tienen 373 diputados de la coalición, y se tenían 85 senadores. Y, después, un senador del PRIAN decide votar con la coalición, 86 senadores”, así lo declaró la presidenta este viernes, durante la tercera conferencia de prensa mañanera de su sexenio.
Un senador del PRIAN, sin llamarlo por su nombre de pila, con desdén, frialdad, como lo solía hacer con Xóchitl Gálvez, a la que se refería como “la candidata del PRIAN”. Lo anterior pese a la reunión que sostuvieron en la casa de transición en Iztapalapa, con foto y toda la cosa. ¿Será un no a Morena? La nueva dirigente Luisa María Alcalde no ha levantado el veto oficialmente a quienes llamaron “loco” y “vividor” al expresidente Andrés Manuel López Obrador.
En el Partido Verde también dijeron que no al clan de los Yunes.
El gobernador Cuitláhuac García sigue llamando “enemigos” al clan de los Yunes. Por su parte, la mandataria electa de Veracruz, Rocío Nahle, ha dicho que en su partido se reservan “el derecho de admisión”. Salvador García Soto, esparcidor de rumores a sueldo, escribió una columna en El Universal en la que aseguró que Nahle subió la apuesta y amenazó con renunciar a Morena si los Yunes eran admitidos en el partido.
Mientras que en el Partido Verde, la puerta de atrás para quienes tienen que entrar con vergüenza a la 4T, también dijeron que no a los Yunes, en voz de unos caciques expriistas: los Herrera Beltrán, quienes sufrieron del ánimo revanchista con el que gobernaron el estado los Yunes. Su enemistad es conocida y explícita, como lo enunció el mandamás verde de Veracruz, Javier Herrera Borunda, hijo del exgobernador Fidel Herrera Beltrán.
Ahora los ojos están puestos en el Partido del Trabajo de Beto Anaya, quien fiel a su estilo pragmático no ve mal la incorporación de un nuevo integrante a su grupo parlamentario en el Senado de la República. Vicente Aguilar Aguilar, comisionado ejecutivo del PT en Veracruz, realiza las gestiones a pesar de que Palacio Nacional tendrá la última palabra del no, en tanto sea necesario un voto 86 para las reformas constitucionales en la lista de espera de la presidenta Claudia Sheinbaum.